El declive del precio del petróleo y sus efectos sobre la industria de la piedra

Publicado en marzo, 2015

 

 

Una de las principales noticias económicas de los últimos meses (y ha habido muchas) que se ha apoderado de las mentes de economistas, políticos y empresarios de todo el mundo ha sido la enorme bajada del precio del petróleo. Este declive comenzó en los últimos meses de 2014 y, a finales de febrero de 2015, el precio del petróleo era aproximadamente la mitad del precio máximo alcanzado hacía sólo unos pocos meses. Cómo ha afectado este descenso a la industria de la piedra y, más importante, cómo le va a afectar en el futuro, es un asunto que concierne a un gran número de empresas de piedra en todo el mundo, no sólo a las que están ubicadas, por ejemplo, en la zona productora de petróleo del Golfo.

En primer lugar, antes de analizar los diferentes mercados, aclaramos que no pretendemos predecir el precio del petróleo a corto, medio o largo plazo. Hacer predicciones sobre el precio del petróleo es un ejercicio arriesgado que sólo deben hacer los auténticos expertos - que muy a menudo se equivocan. Por lo tanto, hasta donde sabemos, en un corto periodo de tiempo el precio del petróleo podría volver a sus niveles previos y se acabaría con este asunto. Pero, por ahora, el rápido y agudo descenso del precio del petróleo ha noqueado todas las estrategias de negocio de cientos de empresas de piedra de todo el mundo, especialmente de aquellas para las que la región del Golfo ha sido su principal mercado en los últimos cinco años, cuando el mundo occidental y una buena parte del resto se hallaba en lo más profundo de la crisis económica.
 
Miles de contenedores de piedra natural se embarcaban cada mes con destino a la región del Golfo, donde ha habido un boom de la construcción en los últimos cinco años, especialmente en Arabia Saudita, Emiratos, Qatar y Kuwait. Con frecuencia, los compradores eran empresas turcas que, por la privilegiada ubicación de su país, podían revender (e instalar) la piedra para proyectos en países como Rusia, Azerbayán u otros países de la antigua Unión Soviética productores de energía, o revender a compradores de Libia e Irak, aparte de vender en el mercado local. En general, para muchas fábricas de granito y mármol de España, Italia, Egipto, Turquía, Omán, Portugal y también de China e India, la zona del Golfo ha sido el mercado más importante, que ha salvado a muchos de la bancarrota tras el golpe financiero de 2008. ¿Y ahora qué?
 
El mercado ruso se ha reducido mucho en los últimos meses; según señalan algunos expertos, se espera que su economía tenga un crecimiento negativo del -5%. Rusia siempre ha sido un mercado muy difícil para cualquier empresa, pero los pocos afortunados que persistieron y finalmente triunfaron, suministraron docenas de contenedores cada mes para los innumerables proyectos de construcción de centros comerciales y de oficinas  por todo el país. Pero las sanciones económicas a Rusia por parte de occidente y el enorme descenso del valor del rublo también han jugado un papel muy importante en el declive del mercado ruso. Los países de la antigua Unión Soviética ricos en energía, tales como Kazajastán, se enfrentan ahora a un estrés económico.
Irak y Libia ya tenían colapsados sus mercados a mediados de 2014, antes de la bajada del precio del petróleo, debido a la aparición del autodenominado Estado Islámico en Irak y al conflicto interno en Libia.
 
Arabia Saudita es el país cuyas políticas energéticas pueden aún influir el precio del petróleo. Las autoridades han incrementado el gasto público para 2015. Pero el problema es que, por ley, la piedra que se utilice en edificios oficiales del país debe ser suministrada por empresas locales, así que los extranjeros tienen poco que hacer en este segmento del mercado. En el sector de proyectos privados, da la impresión de que hay más cautela entre los inversores, así que es incuestionable que aunque hasta ahora ha habido un descenso moderado de la demanda, puede que haya un declive más serio en los próximos meses. La misma lógica se puede aplicar a Kuwait. En Abu Dhabi parece que la nueva cautela de las autoridades ha provocado que muchos proyectos grandes se hayan aplazado, y podrían ser cancelados.
 
Dubai es una excepción; el petróleo constituye sólo el 3% de sus ingresos. Pero su mercado inmobiliario tiende a ser especulativo y depende mayoritariamente de extranjeros de todo el mundo que compran allí segundas residencias. Si el precio del petróleo se mantiene bajo durante mucho tiempo, cabe plantearse lo siguiente: si circula mucho menos dinero en la zona que antes, de un 30 a un 60% menos, seguramente, antes o después, habrá menos saudíes, rusos, iraníes y otros extranjeros para comprar todas esas costosas viviendas que se están construyendo en Dubai.
 
Qatar es otra excepción; la industria de la construcción depende casi exclusivamente del gasto público, y el gobierno tiene un enorme superávit incluso ahora (y una población muy pequeña). Como los Mundiales de Atletismo de 2019 se celebrarán en Doha, la construcción planificada para el Mundial de Fútbol de 2022 se acelerará.
 
Nigeria y Angola han visto seriamente reducidos sus ingresos y la demanda de piedra ya ha descendido en esos países cuya principal fuente de ingresos es el petróleo. Lo mismo ocurre en Venezuela.
 
A diferencia de la crisis financiera de 2008, que llevó a una masiva destrucción de riqueza en el mundo, la bajada del precio del petróleo ha supuesto una enorme transferencia de riqueza: de los países productores de petróleo a los países consumidores de petróleo. Algunas estimaciones fijan esta transferencia en 1,5 billones de dólares en un corto periodo de tiempo; esto explica el caos en tantos aspectos económicos en todas partes. Por lo tanto, ¿es posible que la demanda de piedra se traslade pronto de los países productores de petróleo a los países consumidores de petróleo, y todos contentos?
 
Pero las cosas en realidad son más complicadas. La Unión Europea, siendo un importador neto de energía, debería salir ganando. Pero esta zona económica tiene tantos problemas (Grecia, Ucrania, alto nivel de endeudamiento, etc.), que el efecto neto será mínimo. Sólo hace unos pocos meses existía el miedo a volver a la recesión. Estos temores no se han disipado en su totalidad. Los precios bajos del petróleo no perjudicarán a Europa, pero los efectos positivos serán insignificantes. Si no una gota en el océano, supondrán, como mucho, unos cubos de agua en una pequeña piscina.
 
Estados Unidos es ahora un importante productor de petróleo y, seguro, los balances de las empresas petrolíferas se están viendo afectados. Los estados productores de petróleo, como, por ejemplo, Texas y Dakota del Norte, verán algunos efectos económicos negativos. Pero la economía de Estados Unidos es mucho más sofisticada, y ya iba bien antes del declive del precio del petróleo. Según algunas estimaciones, la bajada del precio del petróleo equivale a un 2% de rebaja de impuestos para un consumidor americano medio. ¿Provocará este ahorro en la factura del petróleo un aumento de instalaciones de encimeras y de reformas de baños? Usted decide si hay alguna relación entre ambas cosas.
 
India es un gran consumidor de petróleo, e importa el 70% de la energía que necesita. Pero la bajada del precio del petróleo ha sido aprovechada por el gobierno para mejorar su situación fiscal y reducir las subvenciones de energía. A su debido tiempo, unas finanzas públicas mejores ayudarán a que la economía crezca más, pero a corto plazo los beneficios son ínfimos y nadie los ve.
 
China es también importador de energía, y una factura reducida en este capítulo será bienvenida en el país. Pero su economía está viviendo una transformación que durará varios años, y un elemento de este cambio va a ser una industria de construcción con menos especulación y más sostenible. Con la construcción en la actualidad atravesando un periodo de turbulencias como consecuencia de los excesos, la demanda de piedra dependerá de otros factores, más importantes, no de la bajada del precio del petróleo.
 
En conclusión, los efectos de una repentina y considerable reducción del precio del petróleo han supuesto algo de descenso de la demanda de piedra natural en algunos mercados muy concentrados. Pero los correspondientes efectos positivos son mucho más difusos, están extendidos por más países y sólo se verán a largo plazo.
 
¿Y cuál será el precio del petróleo a largo plazo? Quién sabe.