Espesores en piedra ornamental

Mario Zaniboni  zamar.1970@libero.it

Las exigencias en cuanto a espesores de las piedras ornamentales son distintas en función de su utilización. Los procesos tecnológicos tienen un grado de sofisticación tal que permiten fabricar tablas de espesores muy finos, incluso de menos de 8 mm. Claramente, son varios los motivos para la elección de un espesor u otro.

En primer lugar, no es recomendable engrosar los muros con tablas de un espesor notable; porque por un lado se tiende a reducir el volumen de los compartimentos (incluso si se trata de una negatividad contenida) y por otro se entorpece sin ninguna necesidad los muros de carga (y esto influye en el dimensionamiento de los cimientos).
 
Resulta sustancial un espesor reducido cuando se quiere potenciar la translucidez, que es una peculiaridad de algunas variedades de piedras ornamentales tales como el ónix y algunos mármoles cristalinos. Por lo tanto, los espesores finos tienen una demanda cada vez mayor en el revestimiento de paredes, como resultado de las nuevas tendencias de diseño de interior; esta aplicación va desde el revestimiento de habitaciones hasta el de ascensores, barcos de crucero, etc. siempre con el doble objetivo de una decoración lujosa y ligera. En lo que se refiere al pavimento, elemento sujeto a la erosión y a la abrasión por el tráfico intenso, no debería limitarse el espesor de las baldosas, manteniendo el tradicional de 18 mm.
 
El material a cortar en tablas de espesor fino tiene que ser de primera calidad, por lo que la elección debe ser muy cuidadosa: la piedra debe ser de masa compacta y sin defectos estructurales visibles.
 
Si se desea posteriormente reducir el espesor de las tablas (por debajo de los 8 mm antes citados) se puede aplicar una impregnación de resina. Es una norma que se aplica especialmente en la combinación de piedras particularmente frágiles, como por ejemplo, la piedra bresccia, donde las superficies de separación (o de contacto) entre los elementos constitutivos no siempre están fuertemente soldadas entre ellas. Sin embargo, la tecnología ha conseguido producir tablas incluso de 4 mm de espesor. El refuerzo se puede acentuar con la aplicación de redes protectoras en la parte posterior de la tabla, que no queda a la vista. Con la elección de las redes protectoras es posible cortar tablas muy finas y los resultados son más que satisfactorios, porque aumentan las dimensiones de superficie que se pueden obtener y además se pueden utilizar en piedras de alto valor cromático, cuyo corte suele ser muy difícil. Naturalmente, la elaboración debe hacerse con mucha delicadeza, dada la fragilidad de la tabla. Esta novedad tiene una popularidad sólo parcial, a pesar de sus óptimos resultados, tal vez debido a la diferencia de coste de este tipo de corte frente al corte en espesores tradicionales. Sin embargo, este producto representa una conquista de la tecnología, si consideramos la disminución del peso unitario y el aumento de la producción, unidos a un menor consumo de materia prima. Pero no se puede ignorar el aumento de los residuos que, lógicamente, incide sobre el balance económico. Así, se puede afirmar que las tablas de espesor fino tiene una gran difusión en los casos donde hay un elevado valor añadido. Es decir, cuando el precio tiene un valor considerable pero no decisivo.
 
Son muchas las aplicaciones en construcción en las que las tablas pulidas de espesor fino han encontrado su alojamiento adecuado.
Hay que tener muy claro que no todo lo que se extrae de la cantera se puede cortar con espesor reducido. Muchas pruebas de laboratorio han desaconsejado la ejecución de un corte inferior a 10 mm, tanto en telar tradicional como en cortadora multihilo, debido a la exagerada pérdida de materia prima. Los mejores resultados se obtienen a partir de tablas de buena dimensión, ya pulidas en sus dos caras y cortadas en vertical con máquinas de disco en fases sucesivas.
 
En cualquier caso, la colocación de tablas finas o súper finas debe hacerse con extremo cuidado y utilizando el sentido común. Se pueden colocar en el interior de los edificios siguiendo los usos clásicos, como manda la tradición consolidada. También pueden colocarse en exteriores (escaleras o diseño urbano) sin dejar de tener en cuenta la resistencia que puedan tener y su durabilidad; el aspecto estético no debe estar por encima de las características físicas, que hay que respetar. Puede prevalecer la decisión de utilizar tablas de espesor finas frente a otras soluciones, pero siempre que se respeten los parámetros mencionados.
 
En resumen, el espesor fino es un importante logro obtenido por la moderna tecnología pero, al menos en la actualidad, representa un nicho de mercado que puede ir aumentando. Sin embargo, queda demostrado que  la piedra ornamental posee una versatilidad de empleo que cada día tiende a ampliarse, incluyendo usos que otros productos alternativos no siempre pueden conseguir. En algunos mercados ha obtenido un gran éxito la oferta de tablas finas previamente pulidas y listas para su instalación; a los amantes del “hágalo usted mismo” les encanta.

 

Es justo reconocer que la producción de tablas de espesor fino, así como la de ciertos productos especiales, lleva la firma de la tecnología italiana, que se está difundiendo en el campo de la elaboración de la piedra ornamental en todo el mundo. Se trata de una conquista del siglo XXI unida a las conquistas tradicionales; innovación y tradición deben trabajar juntas, sin competir, y adoptando lo mejor de cada una de ellas.

 

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