Robert Stadler robert.stadler@vtxmail.ch
Suiza está considerada como una de las economías más estables del mundo, incluso en un ambiente tan volátil, y este factor clave también se puede aplicar al mercado de la piedra natural en el país. Las variaciones en la demanda suelen ser más bien limitadas en comparación con otros países.
Hasta el año 2017, por ejemplo, hubo escasez de edificios de viviendas, sobre todo en las áreas metropolitanas, debido principalmente a la inmigración de los últimos años, sobre todo de profesionales alemanes, atraídos por los altos salarios del país. La construcción de edificios de oficinas, sin embargo, parece haber alcanzado su pico más alto y puede incluso que baje debido a que el sistema bancario, enfrentado a los fuertes avances en tecnología digital, se está reduciendo. El segmento de la construcción residencial, donde siempre ha sido popular la piedra natural, está aumentando, y parece especialmente dinámico en las zonas alrededor de los lagos de Ginebra y Zürich, y también en la ciudad de Basel. En general, la demanda es más boyante en las mayores ciudades de Suiza.
Extensión del Ayuntamiento y nueva plaza pública en Meilen, cerca de Zürich. Foto: Robert Stadler
Las piedras suizas siguen teniendo popularidad en el mercado, sobre todo gneiss, arenisca y caliza Jurásica. La calidad alemana, que es similar a la suiza pero más barata, se encuentra entre las más populares. Algunas canteras locales han cerrado; los altos costes laborales y aspectos medioambientales han sido los principales motivos. El granito y otras piedras de varios países de todo el mundo, a menudo se importan a través de Italia, y, con mucha frecuencia, el comprador final ni siquiera sabe de dónde vienen las piedras. En los últimos años se ha importado en grandes cantidades piedra para pavimentos procedentes de Portugal y España. También se importa algo de Polonia y China. El mármol sigue estando de moda, especialmente en el segmento de la construcción de lujo. Los colores preferidos siguen siendo el negro, el blanco y el gris; esta preferencia no ha cambiado a lo largo de los años. En los últimos tiempos, varias empresas de piedra han comenzado a trabajar con “piedras” artificiales, tales como aglomerados de cuarzo o cerámica, que se están ofreciendo al mercado como materiales “más de moda”. Los nombres que se dan a muchas de estas piedras artificiales son los mismos que los de las piedras naturales, así que a veces los compradores no se dan cuenta de la diferencia.
Estación de tren de Ginebra. Fotos: Robert Stadler
La imagen de la piedra natural sigue siendo la de un producto premium, pero esta muy positiva imagen también ha declinado un poco porque los compradores dicen que la piedra natural puede ser “problemática”. Las mujeres que trabajan suelen buscar argumentos más prácticos, tales como un menor mantenimiento.
La cuota de mercado de la piedra natural en un ambiente estable pero boyante, en cualquier caso, no está aumentando, quizá cuando en el futuro haya un descenso de la demanda, el declive sea más acusado.
La industria suiza de la piedra da empleo a entre 2.000 y 3.000 personas, pero no hay estadísticas exactas. En total hay alrededor de 200 empresas, la mayoría de tamaño pequeño. Cerca de una docena de compañías tienen de 40 a 80 empleados. Unas 50 empresas pueden considerarse importadoras directas, otras compran la piedra elaborada y semielaborada a través de ellas. Las compañías especializadas en monumentos funerarios suelen ser pequeñas, de entre 1 y 3 empleados. El mayor problema de la industria es encontrar personal cualificado, ya que la gente joven, en general, se resiste a trabajar en la industria de la piedra natural.
En general, Suiza continúa siendo como siempre ha sido: casi aburridamente estable. Seguro que muchos países del mundo la envidian.