En muchos casos los detergentes son los responsables de las pérdidas del brillo y de algunos deterioros en las superficies de las piedras. Es el resultado de la formación de sales dentro de los pequeños poros que tienen las piedras.
La abundancia de compuestos químicos que hacen que cada detergente limpie más o limpie mejor, es la responsable de ensuciar por dentro los poros de las piedras con unas sales que cuando están disueltas en el agua entran fácilmente pero allí se quedan cuando el agua se evapora, porque las sales no lo hacen.
El agua como gran disolvente que es, lleva consigo no sólo detergentes sino también suciedad, ácidos, grasas, derivados del petróleo y cuanto hoy producimos de basuras sólidas. Tampoco los gases y humos que producimos se escapan, pues arrastrados por la lluvia nos los devuelve regando nuestros bellos edificios de granito y mármol.
Ya no tenemos aquella lluvia de antaño, que casi era agua destilada. La lluvia de ahora nos impregna y nos ensucia con nuestros propios pecados ecológicos.
Pero ¿qué hacer? ¿Es posible evitar que nuestros granitos y mármoles se ensucien y se deterioren?
Lo PRIMERO y lo más lógico sería NO CONTAMINAR.
Lo SEGUNDO sería escoger nuestros acabados de granito y mármol en función de su MENOR COEFICIENTE DE ABSORCIÓN, aprovechando así la solución que la naturaleza nos brinda para contrarrestar estos problemas.
Lo TERCERO es utilizar los HIDRO-REPELENTES que la ciencia ha descubierto.
Hasta ahora sólo apreciábamos el mayor o menor coeficiente de absorción por la tardanza en desaparecer la mancha de humedad que a causa de una mala colocación aparecía en el exterior de una fachada de granito. Pero como al secarse no dejaba mancha y las aguas que le llegaban eran esencialmente limpias, sin los contaminantes de ahora, poca o ninguna importancia se le daba a esta absorción y sólo se lamentaba el mal efecto estético que por unos días ofrecían esos muros de edificio.
Sin embargo ahora, y tal como hemos puesto nuestro medio ambiente, sí es necesario ya ocuparse de que el acabado que utilicemos sea el de más bajo coeficiente de absorción, al objeto de no quedar desarmado e indefenso ante tal deterioro, pues no solamente queda amortiguada la belleza que se quería conseguir, sino que transmite un efecto de vejez y abandono difícilmente recuperable.
¿Cuánto absorbe? ¿Es este material el de menor coeficiente de absorción? Éstas serán las preguntas primordiales al escoger un material y quizás los argumentos de venta en el futuro, pues al no poder limpiar las ciudades de contaminantes, tendremos que utilizar materiales que no se dejen contaminar.
La ciencia también vino a aportar una solución, ofreciendo productos que colaboran con la naturaleza en reducir la capacidad de absorción. Esta ayuda técnica se llama "HIDRO-REPELENTES" o líquidos que repelen el agua y sus acompañantes disueltos. Los hidro-repelentes evitan el efecto destructivo al que venimos refiriéndonos.
Como profesionales del sector de la piedra, industriales, técnicos y colocadores, todos debemos aconsejar al profesional de la Arquitectura, de la decoración y a nuestro cliente, que en previsión del futuro ensuciamiento y deterioro, tenga muy en cuenta a la hora de elegir acabados:
1) Buscar materiales con el coeficiente de absorción apropiado para cada uso y para cada destino.
2) Hay un tipo de hidro-óleo repelente para cada material y para cada terminación que aporta protección y resalta la belleza de cada piedra.
Con lo cual estaremos utilizando inteligentemente lo que la naturaleza nos da y la ciencia nos proporciona, y prestigiaremos nuestra profesión aportando asesoramiento técnico.