La principal aplicación del granito en la mayor parte de los países suele estar en la construcción o en encimeras de cocina. Raro es el país en el que el mayor empleo del granito tanto en volumen como en valor, sea la industria de las lápidas. Polonia es uno de ellos.
Este país católico de Europa del Este, con una población de unos 40 millones, se ha convertido en la última década en uno de los mercados más atractivos para los que vendes bloques de los colores que se usan en esta aplicación. En otros mercados importantes como Alemania o Francia el mercado ha ido bajando en los últimos años debido a las nuevas tendencias socioeconómicas y culturales, tales como aumento del número de cremaciones, aparición de los cementerios-jardín y menos predisposición por parte de la gente a gastar dinero en lápidas, pero Polonia por ahora se ha resistido a estas tendencias y su mercado de monumentos funerarios se mantiene estable.
El tamaño total del mercado, con todas las dificultades que entraña conseguir datos exactos, se estima en unas 250.000 lápidas al año. El tamaño medio de una lápida es 3 a 5 metros cuadrados de 6 cm. de espesor. Esto significa que el mercado total sólo para lápidas es de aproximadamente un millón de metros cuadrados al año, lo que en metros cúbicos supone unos 60.000, en su mayor parte granito. La demanda total es por supuesto mayor, porque a menudo los mismos talleres elaboran también piedra para construcción; se puede decir que la demanda total está entre 100.000 y 200.000 metros cúbicos.
El material más popular es el granito negro, lo que explica que el principal suministrador de bloques sea Sudáfrica. El granito que más se emplea es el Negro Impala Marikana. El gris es otro de los colores más frecuentes, por eso el granito español Grissal es tan popular en Polonia. Pero, de acuerdo con la observación de un suministrador, en los últimos años parece que la preferencia de colores cambia cada dos o tres años, casi como si habláramos de un producto de moda. Un año aumenta la demanda de rojos, y después de dos o tres años todo el mundo se decanta por el verde. Tampoco el mercado es igual en todo el país, hay diferencias regionales. En el Norte el tamaño de las lápidas es distintos que en el centro o en el Sur de país. Para los vendedores de bloques esto significa que la demanda es distinta dependiendo de la ubicación de la marmolería. A menudo se combinan colores en la elaboración de las lápidas.
Cuando analizamos el tamaño de las empresas, vemos que esta industria es una de las más fragmentadas. La mayor parte de las empresas polacas dedicadas a la fabricación de lápidas son extremadamente pequeñas, de uno a cinco trabajadores, casi siempre miembros de una misma familia. Todo el proceso de elaboración se hace dentro de estas pequeñas empresas: corte de los bloques en tablas, pulido e instalación. Es difícil obtener cifras exactas, con tantas empresas pequeñas dispersas por el país, pero se estima que hay de 350 a 400 fábricas con cortabloques. Esta fragmentación dificulta el trabajo de los suministradores de bloques que quieren vender directamente. Muchos vendedores de bloques de todo el mundo que han intentado vender directamente a las empresas pequeñas se han quemado: los pedidos son pequeños, el cobro puede resultar complicado y se ha visto que resulta muy caro crear una cartera de clientes; se pierde mucho tiempo y resulta ser una experiencia frustrante. La fragmentación también provoca que la industria de bloques esté dominada por los importadores y por todo tipo de intermediarios y revendedores.
¿Está la industria de lápidas preparada para un cambio? Dadas las características únicas de la industria polaca, su fragmentación e ineficiencias, y teniendo en cuenta el hecho de que los súper eficaces proveedores chinos e indios están buscando ansiosamente abrir nuevos mercados, es probable que sea sólo cuestión de tiempo el que las importaciones de bloques sean parcialmente reemplazadas por la importación de lápidas ya elaboradas. Ya se está dando este fenómeno; cada vez se importan más y más lápidas, aunque es difícil calcular su actual cuota de mercado. Pero como la infraestructura de las comunicaciones viarias en Polonia está empezando a mejorar, cada vez son más los proveedores extranjeros que empiezan a centrarse en este mercado, y puede que muchas empresas polacas lleguen a la conclusión, como ya lo han hecho sus colegas de Alemania y Francia, de que tiene más sentido comprar de fuera que hacerlo todo ellos mismos. La industria polaca de lápidas parece estable, es verdad que no ha cambiado, pero podría ser distinta en unos pocos años.