Armand-Thierry Pedrós Esteban
En un espacio de tiempo bastante reducido (teniendo en cuenta que este material ha sido trabajado de muy diferentes formas a lo largo de la historia) el mundo de la piedra ha sufrido un avance imparable a todos los niveles, incluso el de la restauración, que ha revertido en una optimización de los sistemas de producción tanto en la extracción de la piedra a pie de cantera como en su posterior elaboración y/o restauración. Esto es debido a la aparición y utilización de nuevos productos, materiales y tecnologías que hacen más sencilla su manipulación.
Todos estos avances aparecen como consecuencia de una serie de necesidades en el ámbito industrial, como es la optimización del material disponible y el tiempo a invertir en la producción de los diferentes artículos que existen en el mercado. La aplicación de materiales como la vídia, el diamante natural y artificial, el carburo de silicio, etc., han hecho posible el trabajo de materiales pétreos como el granito, de gran dureza y resistencia, y casi todo tipo de calizas, imposibles de trabajar de la forma tradicional.
Se han desarrollado diferentes sistemas a pie de cantera, donde se estudian aspectos a tener en cuenta, como la compacidad del material, la dirección de la veta, la posición de los estratos, etc. De esta forma, se optimiza su extracción, eligiendo el sistema de corte más acertado, reduciéndose al mínimo la pérdida de material. Todos estos avances han supuesto conseguir grandes volúmenes de piedra imposibles de obtener hace unos años.
En la parte que ahora nos ocupa, hemos de decir que el desarrollo en el ámbito industrial de todo lo relacionado con la elaboración de la piedra, ha posibilitado un desarrollo decisivo del mundo de la escultura en piedra.
La gran cantidad de avances conseguidos en el trabajo de la piedra a partir de la aplicación de técnicas y materiales destinados a la industria, ha puesto en manos del escultor un abanico de posibilidades que hasta ahora era inexistente. Este hecho ha posibilitado la consecución de nuevos recursos visuales y plásticos en escultura. Así, la escultura en piedra ha podido plantearse una nueva serie de cuestiones estéticas.
El trabajo del material pétreo con esta "nueva tecnología" ha generado una serie de logros técnicos hasta ahora inexistentes que han cambiado la concepción del trabajo de la piedra pudiendo articular un discurso acorde con las experiencias vitales del artista.
Esta nueva estética de la piedra ha conseguido incluirla en las corrientes escultóricas modernas, eliminando en parte, la posición de ciertos artistas a considerar como "demodé" el trabajo con este material. Evidentemente, la significación de las obras ejecutadas en piedra no tiene la misma significación ni razón de ser que aquellas famosas esculturas que se llevaron a cabo por artistas como Miguel Ángel, ya que ha llovido mucho desde aquel tiempo y las artes en conjunto, y la escultura en particular, ha evolucionado de forma imparable.
Las artes se han transformado en pura expresión del yo interior y de las vivencias existenciales del artista en relación con el mundo exterior. La piedra es un soporte donde volcar estas experiencias y vivencias de muy diferentes formas que van desde el trabajo de la piedra con un alto grado de perfección técnica (no exenta de significación) hasta llegar a las instalaciones del material en su forma más pura y sin ningún tipo de transformación. En este aspecto, la piedra se transforma en un vehículo que ayuda al artista a sacar a la luz sus experiencias y vivencias.
Hay gran cantidad de artistas que trabajan la piedra, como por ejemplo Anish Kapoor, Louise Bourgeois, Henry Moore, Richard Long, Joseph Beuys, Isamu Noguchi, Ulrich Rückriem, etc. Cada uno de ellos trabaja la piedra de manera muy diferente. Desde la ilusión y el engaño de los sentidos que realiza Anish Kapoor a partir de la simulación de perforaciones con diferentes pigmentos; pasando por el trabajo de la rotura como ejemplificación y plasmación del gesto del artista de Rückriem; la íntima significación y deseos más profundos de los trabajos de Bourgeois; el diseño en la escultura y el trabajo del espacio público reflejo de las necesidades del ser humano de Noguchi; la forma más tradicional y orgánica de Moore; hasta la significación y proceso mental a partir de las instalaciones de Beuys y Long.
Todo este cúmulo de logros conseguidos, pasa por la aplicación de técnicas y materiales originariamente dedicados a la extracción y elaboración de la piedra de forma industrial. Desde los discos de corte tanto para piedras duras como blandas, fresas para mármol y granito, muelas especiales, pasando por los ácidos y abrasivos específicos, cinceles, gradinas, punteros, medias cañas en vídia, hasta llegar a las máquinas como las radiales, amoladoras, fresadoras, taladros, martillos neumáticos, chorro de arena, etc., las posibilidades de trabajo de la piedra han evolucionado de forma espectacular.
Gracias a la utilización de estas máquinas y herramientas, la realización de orificios y concavidades a partir de los discos de corte y fresas especiales y zonas de un grosor mínimo que posibilitan una serie de recursos visuales y de significación difíciles de conseguir en épocas anteriores, son posibles gracias al trabajo con estas máquinas y materiales especialmente diseñados para trabajar a partir de la abrasión, eliminando cualquier percusión que se pueda producir en el trabajo con la piedra.
Tampoco tenemos que olvidar que los métodos de transformación y corte de los grandes bloques de piedra son, de la misma forma, idénticamente utilizables siempre que hablemos de esculturas en piedra de gran tamaño, ya que muchas veces la forma más efectiva de desbastar una piedra de grandes dimensiones es, por ejemplo, realizar un corte de la misma con un sistema de hilo diamantado.
Básicamente, el tema que nos ocupa gira en torno al siguiente esquema:
Las nuevas posibilidades plásticas del trabajo con la piedra, vienen marcadas por la aparición de nuevos materiales constitutivos o que forman parte de herramientas, máquinas, productos y sistemas de trabajo específicos; pero, de no haber sido por la invención de estos materiales, la aparición de las nuevas posibilidades expresivas del material no se hubieran producido de la forma que ha quedado demostrada. En este punto se origina una flecha de doble dirección en la cual se establece una relación de dependencia entre ambos términos o ideas.
La aparición de los nuevos materiales en herramientas, máquinas, productos y sistemas de trabajo de la escultura en piedra, facilita la obtención de logros técnicos imposibles hasta el momento, que siguen redundando en logros, en los que se consiguen mayores posibilidades plásticas y de expresión con el material, que al mismo tiempo vuelve a potenciar sus posibilidades expresivas.
Se establece un esquema circular en el que la mayor plasticidad y expresión conseguida con el material pétreo, es consecuencia y al mismo tiempo motor de la escultura en piedra, gracias a la aparición de nuevos materiales para poderla trabajar.
De esta manera, tenemos que decir que, como venimos enunciando desde el principio del presente escrito, la utilización de materiales destinados inicialmente al mundo industrial consiguen dotar al escultor de piedra de recursos técnicos, visuales y táctiles que eran desconocidos en épocas anteriores. Todo ello ha conseguido transformar la visión denotativa de la piedra, para transformarla en un perfecto vehículo de las experiencias vitales del artista en el mundo actual, marcado por las altas tecnologías y los procesos informáticos.