La edición de 2019 de la feria Marmomac de Verona, del 25 al 28 de septiembre, se celebró en un contexto de profunda inquietud ante la creciente cuota de mercado de la piedra artificial a expensas de la piedra natural, y de claras señales de que un enfriamiento económico global está en camino.
Siempre hay una cierta predictibilidad sobre la feria Marmomac: un gran número de empresas exponen en el mismo pabellón de siempre, con el mismo diseño de stand con unas pequeñas modificaciones. Esta predictibilidad se extiende aún más: muchas de las piedras expuestas son las mismas que las del año pasado (y del año anterior), y generalmente en los mismos acabados. Después de todo, en la industria de la piedra natural no se puede esperar ver muchas piedras nuevas año tras año.
Marmomac 2019, Verona. Diseños
La pregunta que surge en la mente del visitante serio, el cliente, el comprador que está planificando ir a la feria es: “¿Es realmente necesario pasearse por la feria y cansarse para ver lo mismo?”. El comprador, que en la mayoría de los casos viene de la feria Cersaie de Bolonia, que se celebra la misma semana, donde ha hecho la mayor parte de sus negocios y que, quizá ha reservado sólo unas pocas horas para la parte de su trabajo relacionado con la piedra natural, probablemente pensará: “¿Realmente necesito cansarme andando tantos kilómetros para ver lo mismo de siempre? Ya tengo una cola de vendedores de todo el mundo a las puertas de mi oficina todos los días.”
En otras palabras, no sólo han cambiado las preferencias de los consumidores, que muchas veces consideran que la piedra está pasada de moda; los expositores, en su gran mayoría, no han hecho esfuerzos por innovar y hacer cosas realmente distintas que atraigan la atención de la gente. Los compradores lo saben. Y están respondiendo dando la espalda a la industria. Este es el motivo por el que muchos expositores acabaron la feria decepcionados.
En la sección de maquinaria, no obstante, había mucho más dinamismo. ¿Por qué, si la economía mundial se está enfriando? Muy sencillo; al menos en Europa y también en Estados Unidos hay una carencia grave de personal cualificado en los talleres de elaboración. Es algo estructural, no un problema puntual que se solucionará pronto. Por lo tanto, los marmolistas americanos y europeos están invirtiendo en la nueva generación de maquinaria que sustituye a la costosa mano de obra. Al marmolista, no importa si está trabajando con piedra natural o artificial, la inversión en máquinas de última generación de control numérico y de otros tipos le permite conseguir una mayor calidad en su producto final de una forma más rápida, por lo tanto, tiene mucho sentido.
Así ha sido en esencia la edición de 2019 de la feria de Verona. Sí, se vieron algunos diseños fabulosos y sorprendentes esfuerzos creativos, nuevas texturas y acabados, y el vídeo que acompaña este artículo trata de captar al menos algunos de ellos. Pero, a menos que la industria haga serias innovaciones, el juego ha terminado para muchos.