Robert Mächtel
Incluso los objetos más funcionales pueden tener un diseño atractivo. En la ciudad sajona de Schkeuditz, en Alemania, lo que debería ser un sencillo soporte para un desnivel se ha convertido en un sofá de piedra gigante, que invita a sentarse, relajarse y disfrutar.
El principal criterio ha sido: ¡no más muros! Quizá fue la lamentable experiencia de los ciudadanos de la Alemania del Este lo que ayudó a que la sugerencia del arquitecto especializado en paisajes, Dirk Seelemann, de Markkleeberg, fuera aceptada. Es cierto que habría sido un muro muy pequeño en comparación con el conocido y lamentable Muro, pero incluso así habría sido demasiado grande para la plaza que, además, no está rodeada de edificios magníficos, precisamente. Por lo tanto, la sugerencia de Seeleman fue construir la plaza del mercado de Schkeuditz, cerca de Leipzig, con piedra natural en lugar de cemento e incluir un sofá de tamaño gigante construido con caliza azul de Bélgica. Se contó con la ayuda de Sigrun Langner, para quien era importante crear una alternativa aceptada generalmente con carácter de gran evento.
Las condiciones fueron las siguientes: la plaza puede estar dividida en una parte Este, que corresponde al nivel del terreno, y una parte Oeste, que corta el terreno y está soportada por escaleras en la parte Norte. La mayor diferencia entre los niveles de las dos partes de la plaza está en la zona Norte, diferencia que disminuye en el Sur, en dirección hacia la calle. Para soportar estas diferencias de nivel, Seelemann sugirió la construcción del sofá de piedra mencionado, y a los responsables políticos y a los ciudadanos les gustó la idea.
Este objeto cubre la diferencia de alturas haciendo la forma de una serpiente. Sigue el nivel natural del terreno y se va haciendo más bajo hacia el Sur. Puede utilizarse como un “asiento” multiúso, y es una invitación a descubrir nuevas utilidades, gracias al tratamiento escultural de la superficie. Las fuentes instaladas son una atracción principal que disfrutarán principalmente los niños. Dos surtidores funcionarán de manera continua y otros dos se pondrán en funcionamiento con un sensor de no-contacto.
El sofá gigante se complementa con una “mesa” de piedra, una plataforma elevada que constituye otro elemento central del nuevo diseño de la plaza. Tanto la tabla como el sofá están hechos con piedra “Petit Granit”, belga. Su borde más bajo está iluminado, dando la impresión de una “encimera flotante”. La superficie de la plataforma es horizontal y contrasta con el desnivel de la superficie de la plaza. Esto significa que se puede subir fácilmente a la plataforma por la parte Norte, mientras que la zona Sur invita a uno a sentarse porque la plataforma se va haciendo más elevada en esa dirección. Con una superficie de 100 metros cuadrados, la mesa puede utilizarse como un escenario para festivales o mercados del pueblo.
Las cifras de este sofá rompen todos los records: está formado por 32 elementos individuales, cada uno con un peso de entre 4,5 y 5,2 toneladas. Cada pieza se cortó de un bloque mediante una sierra. El tratamiento de la superficie de los elementos, que va desde picado hasta abujardado, abujardado fino y pulido, fue llevado a cabo por Schultheis Stein AG, de Goennern (Hesse, Alemania). Esta empresa fue responsable también de la correcta implantación de los surtidores. Una vez ya colocados los elementos en su sitio, sólo hubo que corregir ligeramente las transiciones entre los elementos individuales. La empresa alemana Dembler, con sede en Bochum y una delegación en Markranstaedt-Priesteblich, en el distrito de Leipzig, fue la encargada de la instalación y de la total reconstrucción de la plaza. En su calidad de empresa de jardinería y paisajismo, lleva muchos años dedicada a soluciones con piedra natural, y ha recibido varios premios por sus innovaciones.
Tendremos que esperar para ver si este sofá de piedra natural también recibe un premio o es incluido en el libro Guinness de los Records. También tendremos que esperar unos pocos meses antes de decir nada definitivo sobre el nivel de aceptación. Hasta entonces no se puede utilizar ni los surtidores pueden ponerse en funcionamiento.